El (colectivo) Voz de las Mujeres Indígenas nació a partir del diálogo entre indígenas defensoras de los derechos humanos en ocasión de un evento en el estado de Mato Grosso do Sul (Brasil) de finalización de un proyecto de ONU Mujeres de enfrentamiento a la violencia contra las mujeres. Basadas en la propuesta inicial de constituir un colectivo de amplitud nacional, las indígenas en diálogo con ONU Mujeres demandaron apoyo para ese proceso de articulación. Así, en 2014, ONU Mujeres organizó una consulta a un grupo de 11 indígenas y en esa oportunidad se forjó la propuesta de incentivar la creación de una agenda nacional común de mujeres indígenas brasileñas. Para tal iniciativa sería preciso escuchar al mayor número de indígenas posible, realizar un diagnóstico y sistematizar una propuesta de agenda común. Esa estrategia vislumbraba contribuir al empoderamiento y a la consolidación de los derechos de las mujeres indígenas.
La organización política de las mujeres indígenas no se restringe a espacios institucionales. Existe una comprensión compartida de que la actuación de las mujeres se da mucho más allá de las instancias formales, sea de organizaciones indígenas o de instituciones públicas. Ese fue uno de los principios que fueron el norte de la construcción del colectivo Voz de las Mujeres Indígenas: la participación de las mujeres no depende del vínculo directo con ninguna organización indígena. La cuestión principal es la incidencia de las mujeres en la defensa del modo de vida indígena. La importancia de una mujer que actúa en lo cotidiano de la aldea es la misma de aquella que actúa en el Congreso Nacional y forja la aceptación de que todas las mujeres son fundamentales para la garantía del buen vivir entre los pueblos indígenas, como una construcción continua e intersectorial. El (colectivo) Voz tuvo un papel importante en ese proceso, de aquí que ayudó a constituir varias redes entre las mujeres y proporcionó momentos estratégicos de articulación y empoderamiento.
Fotos: ONU Mujeres / Isabel Clavelin