Soy Eliana Karajá, del pueblo Karajá, aldea Santa Izabel do Morro, en la Ilha do Bananal (Tocantins). Tengo una militancia antigua en el área de salud de los pueblos indígenas. Soy consejera distrital del Conselho Distrital de Saúde Indígena, como coordinadora de la Associação Indígena do Vale do Araguaia, y soy del Conselho Nacional das Mulheres Indígenas. El (colectivo) Voz posibilitó que se conociera el trabajo que hacíamos en el Conselho (Consejo) y fue un espacio en el que conseguí mostrar mi actuación como militante del movimiento. Nosotras tenemos que luchar por las mujeres de base, que no dominan completamente el portugués, que precisan de nuestra lengua para defender sus derechos. Es por ellas que yo me levanto todas las veces que participo de una reunión y lucho hasta el final, defendiendo el lado en el cual estoy. Nosotros, los pueblos indígenas, en especial las mujeres más jóvenes, precisamos cuidarnos más, amarnos más.
Soy Samantha Roo Tsitsina (Tsitsina), pueblo Xavante, aldea Namunkurá, Tierra Indígena São Marcos, en el municipio de Barra do Garças (Mato Grosso). Egresé del área de Servicio Social, especialista en políticas sociales y públicas, y profesora en Desarrollo Sostenible de la UnB (Universidad de Brasilia). Yo creo que es importante tener una presencia indígena en todos los espacios de toma de decisiones. Aprendí mucho formando parte del cuerpo de profesionales de ONU Mujeres y fue un acontecimiento histórico para la entidad tener en su cuerpo de analistas de programa una indígena profesional. La percepción que hago de todo el proceso de Voz es que conseguimos movilizar a varias mujeres indígenas, no solamente las multiplicadoras que se encuentran directamente en ese proceso. De todas aquellas mujeres que formaron parte especialmente de las plenarias de las mujeres indígenas, son nuevas mujeres las que van llegando, van escuchando y se sumando al proceso del movimiento de mujeres indígenas. No podemos sentirnos limitadas en nuestras acciones. No se sienta incapaz porque usted no ha podido salvar o mejorar su comunidad, pero si usted consiguió mejorar o salvar la vida de una mujer, de una niña, siéntase feliz.
Soy Suzie Guarani, pueblo Guarani Kawoiá, aldea Jaguapiru, Tierra indígena Jaguapiru, municipio de Dourados (Mato Grosso do Sul). Soy movilizadora social del Distrito Sanitario Especial Indígena (DSEI-Mato Grosso do Sul) y estoy trabajando, desde 2016, como coordinadora de la Fundação Marta Guarani. En 2014, más de 40 mujeres de aquí del estado y yo fuimos a Brasilia para un encuentro internacional de derechos humanos. Había una carpa de mujeres indígenas donde tuvimos varias discusiones. Fue en ese espacio donde comenzamos a construir el (colectivo) Voz. Lo que me motiva a continuar a pesar de tanta dificultad y con tanta violencia, es el sueño. El sueño de ver una lucha finalizada, realizada. De ver por lo menos tres o cuatro de nuestros territorios demarcados. Tener una institución que abrigue a esas mujeres, que las ayude a resguardarse, a fortalecerse. ¡Es un sueño! Y que los jóvenes nunca dejen de mirar hacia atrás, de saber la historia de nuestros líderes, de nuestros ancestros que murieron luchando.